El nonsense en pasajes de Alicia en el País de las Maravillas (Parte 1)
Según Paula Vidal Oliveras, Lewis
Carrol es considerado uno de los maximos exponentes del nonsense con su libro Alicia en el país de las maravillas.
Principalmente, es necesario definir el nonsense para entender que es lo que
hizo tan famoso al libro de Carrol. No obstante, según muchos autores es
imposible llegar a un consenso, dado que es la manifestación de lo absurdo, y
lo que algunos pueden considerar absurdo otros pueden considerlarlo cotidiano.
Sin embargo, Sewel (1952) da una aproximación a este y busca conferirle una
estructura que pueden dividirse en tres grandes grupos: number words, thing words
y abstract words.
Para iniciar, es necesario estar
en la misma clave del libro para poder entenderlo, es decir, es fundamental
pensarlo como un niño y no como un
adulto. Puesto que el mundo adulto no contiene la imaginación que puede tener
un niño pequeño, esta llena de reglas absolutas y de realidades que no pueden
ser modificadas. En cambio, para un niño, la realidad puede variar, puede creer
en lo imposible y estar seguro de que eso se puede plasmar en la realidad.
El nonsense, lo absurdo, el sin sentido,
se presenta a lo largo de todas las aventuras que vive Alicia en el país de las
maravillas. Tomando la estructura de Sewel, el number words hace
referencia a aportarle seguridad al
lector, “le proporcionan una especie de muralla ante la que resguardarse de
todas las nociones que no será capaz de entender.“ ( Vidal, 2016,20 ). Dado que
hace referencia al mundo real. Al inicio del libro, podemos encontrar esto en
los primeros casos de insight que se presenta, como es el caso cuando Alicia
estaba cayendo por el poso y piensa en su gata Dina. Estos casos de insight le
crean una barrera al lector de una “
sensación de control de la situación que entrará pronto en conflicto con el resto de los
patrones del nonsense” (Vidal, 2016, 21).
El thing words, se refiere al momento en donde el
lector ya se encuentra desubicado, dado que pierde las alusiones del mundo que
conoce. Esto también lo encontramos en el momento en que Alicia cae por el
poso, puesto que cae por un largo tiempo y aún no entemos como esa niña pequeña
sigue cayendo y su menor preocupación es el ¿qué va a pasar cuando llegue al
fin?. Alicia se cuestiona de muchas cosas durante ese tiempo, pero nunca se
preocupa por el qué le pasara cuando termine la caida.
Finalmente, en el abstract words,
es crear una manera desordenada de las partes de la oración y así logrando un
juego sintáctico. En el mismo caso, mientras Alicia caia por el poso ella se
genera el siguiente dialogo entre ella misma.
“¿Comerán murciélagos los gatos?,
y a veces se le escapaba un ¿Comerán gatos los murciélagos?”(Carrol,2013,35)
De esta manera, en un solo fragmento y
desde el inicio encontramos el nonsense que postula Sewel. Y así es a lo largo
de todo el libro, hay una gran cantidad de absurdismo que enriquece este increíble
libro.
El País de las Maravillas es en
sí mismo un mundo que carece de sentido para quien lo contempla pues se sale de
la lógica normativa o de las convenciones sociales a las cuales estamos
comúnmente acostumbrados y hemos aceptado como "razonables". Sin
embargo esta irracionabilidad no es percibida por los habitantes de este mundo.
Para entender un poco mejor lo señalado anteriormente, observemos el siguiente
fragmento:
Con esto,
Alicia no se sintió con ánimos para seguir preguntando, de forma que se volvió
hacia la Tortuga Artificial y le dijo: “¿Qué otras cosas aprendían allá?”
“Bueno,
teníamos Histeria”, replico la Tortuga Artificial, llevándola cuenta con las
extremidades de sus aletas, “Histeria antigua y moderna, con Mareografía;
luego, Bidujo; el profesor era un viejo congrio que venía una vez a la semana:
él fue el que nos enseñó a bidujar y a bofetear y la tintura al boleo”.
“¿Y eso cómo
era?”, volvió a preguntar Alicia. “Bueno, no puedo hacerte una demostración yo
misma”, contestó la Tortuga Artificial; “estoy ya demasiado anquilosada. Y el
Grifo no aprendió nunca a hacerlo”.
“No tenía
tiempo suficiente” explicó el Grifo. “Iba, sin embargo, a las clases de Letras.
Y menudo maestro que teníamos, ¡ese sí que era un viejo cangrejo!”
“Pues yo nunca
fui a sus clases”, confesó la Tortuga Artificial con un suspiro; “dicen que
enseñaba el patín y el riego”.
“Así es, así
es”, asintió el Grifo, dando ahora él un suspiro; y ambas criaturas se taparon
las caras con sus patas.
“¿Y cuantas
horas al día duraban esas lecciones?”, preguntó Alicia, apresurándose a cambiar
el tema de conversación tan penosa.
“Diez horas el
primer día” respondió la Tortuga Artificial; nueve al día siguiente, y así
sucesivamente”.
“¡Qué horario
más extraño!” exclamó Alicia. “Por eso se llaman cursos”, explicó el Grifo,
“porque se acortan de día en día”.
Observemos que a la Tortuga
Artificial y al Grifo les parece que es completamente coherente que las
lecciones sean de 10 horas el primer día y fuesen disminuyendo sucesivamente,
después de todo ¡por eso se llaman cursos!. De este último ejemplo cabe
resaltar, también, el uso que se hace de juegos de palabras los cuales se
logran apreciar del texto original en inglés como las palabras
"curso" y "cortar", y otros adaptados en las traducciones
al español como "histeria" (haciendo referencia a la clase de
historia), "bidujar" (dibujar), "tintura al boleo" (pintura
al óleo), entre otros, con la finalidad de retorcer el lenguaje y de esta
manera caer en lo absurdo. Sin embargo, es aceptable considerar que este
absurdo no es más que un conjunto de convenciones que asumen los habitantes de
este mundo y por tanto deja de ser un absurdo una vez nos jactamos de esta
lógica, como le ocurrió innumerables veces a Alicia una vez terminaba de
analizar los argumentos de estos extraños personajes.


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